Contradicción

Contradicción
Jueves 31 de agosto de 2023 a las 16:21
 
Cuando había cogido el ordenador para empezar a escribir estaba emocionada, pero he cogido el móvil antes y he de admitir que estoy llorando. Iba a escribir un blog sobre que me voy sintiendo mejor con mi cuerpo, pero he hablado con mi amiga y me doy cuenta de que no.

Hoy mi madre, mi padrastro y yo íbamos a comer a un restaurante y yo estaba eligiendo mi ropa. Me iba a poner un top blanco de tirantes y un pantalón vaquero corto, pero este último no me convencía. Los pantalones vaqueros son muy altos y siento que me restan figura y hacen que parezca una puerta. Siempre quise ponerme esos pantalones de tiro bajo con los que las chicas se ven tan bien, pero no me los iban a comprar y siento que tampoco tengo el autoestima necesaria. El caso es que encontré un pantalón vaquero que me encantaba en 2021, y hay que ver que me encantaba esa prenda. Cuando me probé el vaquero se me cayó y se me quedó por la cadera. No podía creer lo que veían mis ojos, con lo que amaba ese pantalón y ahora no me valía. Empecé a mirarme mejor y vi que no estaba tan mal, de hecho me veía bien, me quedaba como "esos pantalones de tiro bajo con los que las chicas se ven tan bien". Obviamente noté mi bajada de peso y empecé a sentirme mejor al ver que había adelgazado hasta ese punto. El mal sentimiento de que una de mis prendas favoritas se me cayera se fue y se convirtió en felicidad porque me veía más delgada. Me fui al restaurante con ese pantalón porque sinceramente me hacía sentir bien conmigo misma, no solo porque sentía que iba guapa, sino porque yo sabía lo importante que era que el pantalón me quedara grande. Iba a escribir un blog para contar esto, pero me he dado cuenta de que estoy un poco mal mentalmente. Aunque me vea más delgada, yo se qué opina mi cabeza al respecto. Estaré más delgada, pero no estoy delgada. Intento engañar a mi cerebro con un "No estás tan mal, estás normal", pero se cuál es mi opinión sincera. Estaré más delgada, pero sigo sintiéndome culpable cada vez que como. Intento engañar a mi cerebro con un "aunque tenga tanta grasa o azúcar, por comérmelo no me pondré obesa. No está mal un capricho de vez en cuando", pero se cuál es mi opinión sincera. NO PUEDES ENGAÑAR A TU CEREBRO SI EN VERDAD NO PIENSAS ESO, CHICA. Es más, mi cerebro me dice "hoy no cenes, tampoco te hace falta con lo gorda que estás". Puede parecer que soy una enferma mental, pero no lo soy jajaja. Me hace mucha gracia también la gente que dice "¿qué inseguridad vas a tener tú, si te vistes con ropa apretada?". No Pepito, vestirse con ropa apretada y pensar que te ves mal no van de la mano. Si me pongo una camiseta ancha parezco un saco de patatas porque la camiseta se queda de ancha igual que el tamaño de los pechos. Ya me gustaría a mi tener pocos pechos como para verme bien con una camiseta ancha. A veces me pongo camisetas, sí, pero me meto un poco de la camiseta por los laterales del pantalón para no verme tan ancha. Con esto quiero decir: ¿prefiero verme gorda o verme más gorda de lo que estoy? Además prefiero vestirme con ropa que me gusta. Adoro el pantalón de tiro bajo, y aunque sepa que se me ve el ombligo (que parece un agujero negro enterrado en la grasa), lo llevo porque me gusta. Puede sonar contradictorio, lo sé; te pones ropa que te gusta aunque no te guste como te queda. A fin de cuentas, mi cerebro es la contradicción. Sé que me veo gorda, pero una parte de mi dice que voy preciosa y con el estilazo que siempre quise. Podríamos decir que "me veo bien", pero siento que nunca se irá el sentimiento de culpabilidad al comer, siento que vivirá conmigo para siempre. Tengo miedo a volver a engordar y empezar de cero. Mi familia me ha dicho cosas como que parecía una bola de sebo (este creo que es el comentario que más me ha dolido), que comía como la lumbre, que iba a explotar si seguía engordando y cosas así, prefiero no ponerme a recordarlo todo.

Últimamente me siento fatal con el desayuno, puede que sea lo peor. Hay un ratón en mi cocina y lo he visto dos veces, me da miedo entrar. Mi madre tiene un kiosco, que de hecho está en la cochera de mi casa. Habilitaron la cochera para hacer un kiosco, así que solo tengo que bajar las escaleras y ver todo un mar de comida basura. No tenía escapatoria: o ver un ratón o tomar mucha azúcar y aceite. Me costó mucho elegir un desayuno, miré las etiquetas de todos los dulces y al final me decidí por un cruasán relleno de chocolate (una bomba nuclear) y un batido de chocolate (peor aún). Solo el batido eran 21g de azúar, imagínate. Es imposible no sentirse culpable, pero la pregunta que hizo mi cerebro fue la siguiente: ¿te puede el miedo o la culpa? Es una pregunta a la que aún no sé responder, aunque por suerte el sábado no estaré en casa de mi madre y no tendré que seguir buscando respuesta hacia mi pregunta, o más bien; la pregunta que hace el monstruo de mi cabeza.

En fin, después de soltar este rollazo me despido sin más, flotando como una burbuja en mi nube de pensamientos.

 Ludiyedi


Comentarios

Entradas populares de este blog

EL SIGNIFICADO DEL AMOR

ALMAS EN EL LIMBO